CISNES SALVAJES. Jung Chang


Cisnes salvajes nos hace recorrer de forma vertiginosa la historia de China desde principios del siglo XX, de manos de una saga familiar y femenina. Abuela, hija y nieta son las protagonistas de una crónica, que deja de ser anónima para tener nombres de mujer. Desde la China todavía feudal de 1909 hasta el régimen comunista de Mao Zedong, las vidas de las tres se desenvuelven arrastradas por los cambios políticos y sociales, un desarrollo convulso que no deja de sorprender. Al recorrer sus páginas, recapacitaba en cuántas vidas las marca la historia, en cómo el lugar y el momento en que se desarrollan las definen en el mejor de los casos, las pulverizan en el peor de ellos.



La autora escribe desde la primera persona, contando la vida de su abuela, de su madre y la suya propia. A lo largo de la obra son muchos los datos históricos con sus fechas y sus nombres, pero Chang es capaz de hilarlo todo fluidamente, ofreciendo una lectura fácil y ágil. Es, además, apasionante la descripción de personajes, lo bien definidos que quedan hasta los más secundarios, y son muchos. Otra cosa es llegar a entender el comportamiento humano, que en mi caso, al menos, es asignatura pendiente. Lo increíble de algunos momentos de la historia de la humanidad no me ayuda.



Lo que sí me queda claro es la fortaleza y el coraje con que sus protagonistas se enfrentan a situaciones las más de las veces desesperadas. La infinita capacidad de adaptación de estas mujeres tiene matices en cada una de ellas pero queda definida fundamentalmente por la valentía, el sustento de unos ideales y, sobre todo, el amor.

En definitiva, Cisnes salvajes es un vivo testimonio que te lleva consigo, que te atrapa. Tres vidas de tres mujeres lo consiguen, el relato inteligente de una de ellas le da forma.


Gracia María Sánchez Cobano